Antonio Carlos Jobim componía y Vinicius de Morâes escribía las letras. Que si lo hicieron en un bar o que si no. Que da igual. Esta versión, grabada en Nueva York, solapa la bossa nova con unas gotas de jazz procedentes del saxo de Stan Getz.
Joâo Gilberto y su entonces esposa, Astrud, cantan esta obra maestra del susurro.
El verano ha llegado. Pese a que, día a día, nos aturden con las noticias de esa España en la que es lícito el pillaje. Pese a los pelagatos incompetentes que anuncian rescates como triunfos sin saber que sólo hay un sitio donde se puede encontrar queso gratis: una ratonera. Pese a la evidencia de que toca pagar las consecuencias de unos gestores que pasaron toda una vida escogiendo a los amiguitos, desplazando a los que de verdad valen. Esos que ahora se marchan a otros sitios. Pese a los patriotas futboleros y a la prima de riesgo, el verano ha llegado.
Dejo de garabatear. Hoy no tengo las ideas claras, pero tengo un sofá...
Mi sofá huele a hinojo. Ha llegado el verano.
ResponderEliminarB.R.