18 mayo, 2010

Buenas noches y Buena suerte

 Últimamente, cada vez que voy a comprar el periódico, me voy acercando al kiosco con una considerable dosis de sangre fría. Siempre me asalta la misma pregunta: ¿En qué momento los DVDs se convirtieron en Kleenex? ¿Por qué los DVDs que antes costaban 10, 15 o 20€, ahora cuestan 50 céntimos o te los tiran a la cabeza gratis con cualquier periodicucho? ¿Los precios de antes eran un tinglado cuyo único fin era estafarnos (así parece), o la caída de Lehman Brothers ha afectado también a los precios de los DVDs?
Como esta cuestión capital me abrumaba, decidí preguntarle a mi kiosquero con la ambición secreta de que me aliviase un pesar de ese calibre.
Mi mejor tono lisonjero nunca funciona con Tobías, el kiosquero; siempre me hace una finta como las de Ronaldinho cuando era bueno, siempre se hace el tonto, sabe que la mejor manera de adquirir cultura es hacerse el tonto. Y todo sin apenas mirarte, no me extrañaría que en el pasado se hubiese dedicado a estafar trileros. Si es que tiene pasado. Tobías es tan hábil que si hubiese ido a la guerra sería el único soldado desconocido vivo.
Al final me marcho pensando si habrá un “corralito” de películas devaluadas y yo no me he enterado. Eso sí, sólo en el camino de vuelta me percato de que, debajo del brazo, llevo cuatro DVDs.
Uno de ellos es Buenas noches y buena suerte. George Clooney. 2005. Una película acerca de un periodismo que ya no existe (si es que ha existido) pero, sobre todo, acerca de gente que intenta ser fiel a sí misma en tiempos difíciles

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 En el año 2005, se obtiene y se secuencia por 1ª vez, en fósiles de la península ibérica, ADN de Neandertales. Si alguien estuviese interesado, podría cotejar los datos y conseguir cantidades ingentes de ese ADN en su ayuntamiento más cercano, ya que ese es el ADN dominante entre nuestra clase política.
En las elecciones al parlamento de Galicia, el PP pierde la mayoría absoluta después de estar 15 años en el poder, es decir, llegaba, por fin, el neolítico.
Entra en vigor el protocolo de Kyoto para reducir los gases que provocan el efecto invernadero. Como el tiempo se ha encargado de demostrar, ha sido todo un éxito, refrendado por la vergüenza del pasado año en Copenhague.
El IRA anuncia formalmente el cese de la lucha armada. Se produce un múltiple atentado terrorista en Londres, en tres vagones de metro y en un autobús urbano. 56 muertos y 700 heridos.
El huracán Katrina arrasa Louisiana, Mississipi y Alabama. Una vez más, se pone de manifiesto la rapidez de reflejos de George Bush, digna de un teletubbie.
Cae el telón para Juan Pablo II y aparece un nuevo maestro de ceremonias, responde al nombre artístico de Benedicto XVI. También murieron Saul Below, el príncipe Rainiero de Mónaco y, el más importante, Pat Morita, el maestro de “Kárate Kid”.
Grecia gana el festival de Eurovisión y el grupo ABBA se reúne, por 1ª vez en más de treinta años, en la premiere sueca de Mamma Mia!.
Comienzan las emisiones de Cuatro. Se crea Youtube. El Barcelona gana la liga y, el Liverpool, la Champions.
La película triunfadora en los Oscars de Hollywood es “Million dollar baby”. Amenábar se llevó el oscar a la mejor película extranjera con “Mar adentro”, una película estruendosamente mediocre, tirando a mala.
El premio Nobel de literatura fue para Harold Pinter.
El estado de forma del “electrodomestico” era pasmoso: Ruffus & Navarro, Splunge, Channel nº4 o Cuatroesfera. También arrancaban Buenafuente, Cuarto Milenio y Callejeros. “Anatomía de Grey” introdujo tanto almíbar en sus tramas, que varios espectadores estuvieron a punto de perecer por una subida de azúcar.
He dejado lo mejor para el final: Un equipo de científicos de la universidad de Cardiff descubre una galaxia formada por materia oscura situada a 50 millones de años luz. En caso de que necesiten más materia oscura, deberían dirigir sus telescopios hacia el ayuntamiento de Valencia, sólo que allí los millones no son de años luz, suelen ser de euros.
Así estaban las cosas, cuando un ex-médico de urgencias se puso a dirigir esta película. Y no lo hizo nada mal.

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 La película transcurre en los años 50 y me voy a permitir la licencia de ser pesado unos párrafos contando brevemente lo penoso que podría haber sido vivir en EEUU en ese momento.
Más o menos, en esa época comenzó la guerra fría y surgió uno de los personajes más lamentables de la historia: el senador Joseph McCarthy. Este tipo puso en marcha lo que la historia ha llamado "caza de brujas" que no era más que la eliminación sistemática de gente que simplemente no opinaba como tu o no estaba de acuerdo con lo que estos impresentables proponían.
Tomando como excusa la “amenaza comunista”, constituyeron un comité -llamado comité de actividades antiamericanas- destinado a destapar a todos los comunistas ocultos y que "pretendían" (según ellos) dinamitar el sistema de vida americano. Su premisa fundamental era muy simple, todo el que este en desacuerdo con lo que promulga McCarthy es comunista. Y punto.

 Sus métodos consistían en llamarte a declarar ante el comité para que reconocieras que eras comunista y te “redimieras” delatando a otros comunistas. ¿Que te negabas a declarar?, en el mejor de los casos te ponían en la llamada "lista negra" y no volvías a trabajar en 20 años. En el peor de los casos ibas a la cárcel.
Arruinaron la vida de miles de personas, militares, profesores, médicos, pero, sobre todo, se dieron cuenta de que era mucho más llamativo y mediático ir a por gente famosa, o sea, la industria del cine. Y fueron a por ellos.
Directores, actores y, sobre todo, guionistas. Para todos estos inquisidores lamentables, los escritores eran unos pequeños hijos de puta que intentaban meter de contrabando ideas subversivas en los guiones.

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 Por aquel entonces, el cine americano estaba dominado por lo que llamaban "majors", o sea, las grandes productoras. Estas majors estaban en guerra con los guionistas porque estos se estaban sindicando y presionando por sus derechos, con lo cual les vino muy bien el senador McCarthy.
Discretamente y solapadamente se limitaron a obedecer al comité y nunca más volvieron a dar trabajo a alguien que estuviese en la "lista negra". Cualquiera que estuviese en esa lista no podía trabajar, pero tampoco le daban un pasaporte para que se marchase de EEUU y pudiese seguir con su vida en Francia o Inglaterra. Preferían que se convirtiese en un vegetal.
Muchas de esas personas acosadas y presionadas acabaron delatando a amigos y compañeros de trabajo, fuesen comunistas o no. Tanto los delatores como los delatados nunca volvieron a ser los mismos. Se rompieron las carreras de directores y guionistas que habían hecho películas excepcionales y vivieron el resto de su vida con la oscura sombra de la delación o haciendo películas mediocres que intentaban justificarla.
Quizá el caso mas llamativo fue el de Elia Kazan con "La ley del silencio".

 Imagínate que vas a comer a un restaurante y hay alguien allí que está en la lista negra. Por el mero hecho de estar allí podías convertirte en comunista. Se podía condenar a alguien por un rumor o una habladuría. Así estaban las cosas en el país de las libertades, la mejor democracia del mundo. Y lo mejor de todo era que el partido comunista ni siquiera era ilegal.
Aquello era la puta locura. Dalton Trumbo, uno de los mejores guionistas que ha dado la historia del cine (fue uno de los 10 que fue a la cárcel por negarse a delatar a nadie) escribía guiones
mal pagados desde México a las productoras americanas, que se negaban a ponerle en los créditos por ser uno de los "blacklisted" más famosos. Esta hipocresía condujo a que uno de los guiones de
Dalton Trumbo, firmado con seudónimo, ganó el oscar y todos en la ceremonia se miraban con estupor porque nadie subía a recoger el premio. Nadie sabía quien era ese guionista.

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 Fue una época donde no hubo héroes, solo tristeza. Unos, de un día para otro, dejaron de coger el teléfono a amigos que necesitaban su ayuda y los delataron, los delatados aborrecieron a los delatores y la mayoría escurrió el bulto... y calló.
Así funciona todo cuando te inoculan el miedo. Lo más escalofriante fue lo que dijo Orson Welles: en la alemania nazi o en la rusia de Stalin hubo la misma persecución, pero en América nadie puede poner la excusa de que tenía que salvar el pellejo. La mayoría delataron a sus amigos para salvar sus piscinas y para no dejar de ganar los mismos millones de dólares.
¿Que como acabo la cosa? Unos sucumbieron y delataron, otros se suicidaron y los más fuertes malvivieron o desaparecieron junto con su dignidad en un tiempo donde la palabra dignidad estaba proscrita. Sólo hubo victimas.

 Después de unos años de ignominia, miseria moral, paranoia e injusticia, el senador McCarthy quedo desacreditado y la mayoría de los miembros del comité acabaron en la cárcel al comprobarse
que eran unos chorizos. Los guardianes de la moral robaban dinero de los presupuestos. Uno de los miembros del comité que consiguió evitar el trullo sigilosamente fue un tal Richard Nixon.
Aun no era su momento. A él le tocaba cubrirse de gloria mas tarde.
Uno de los primeros actores que fue corriendo a delatar a decenas de compañeros fue un tal Ronald Reagan. Quizá te suene de algo.
Como ha quedado patente a través del tiempo, la única condición para ser presidente de Estados Unidos es ser un genuino miserable.
Este era el clima que se respiraba en América al principio de los años 50. En esta película alguien dice "pasaremos a la historia por nuestros actos". Tenía razón.
Esta película cuenta la historia de alguien que se atrevió a desafiar al senador McCarthy. Y parece ser que fue cierto.

 Edward R. Murrow es el periodista responsable del programa más visto de la cadena CBS. Un día decide hacer un programa cuyo contenido va en contra de los intereses de la cadena. Esto provoca que todo se ponga al rojo vivo. Aunque la palabra "rojo" era mejor no mencionarla.

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 La película comienza con el perfil del protagonista en la sombra mientras escucha lo que dicen de él en un discurso. Lo maravilloso de como esta presentado este periodista es que lo conocemos por lo que dicen de él los demás y por el respeto que le muestran. Enseguida ves que es alguien con aplomo, que representa el periodismo comprometido. Alguien que no condena a nadie por habladurías o rumores.
Hay una secuencia donde el equipo que hace el programa discute acerca de si deben tomar partido o no con todo lo que esta sucediendo. Edward Murrow sabe que es un camino sin retorno. Y se moja. Decide ir a por McCarthy.
Quizá se da cuenta de que una guerra perdida también merece ser luchada.
Consciente de lo que se juega, a lo largo de la película va a tener que poner a prueba su estatura moral y estar a la altura de las circunstancias. Es decir, hacer honor a su leyenda de periodista insobornable. Aún tiene otra cualidad extraordinaria -al menos para mí- no juega de cara a la galería, se comporta como si no tuviera nada que demostrar, sin adornos. Es de esas personas que son el corazón de todo pero que actúan como si sus latidos no tuvieran importancia.

 La película es el ejemplo de como se puede hacer una película barata, inteligente, valiente, con una economía narrativa que juega a su favor. Casi ni hay travellings. Es una historia de miradas, de silencios, de interludios musicales de jazz, de escasos (y bien escogidos) primeros planos. Todos en el momento preciso.
El guión esta repleto de frases y diálogos fantásticos, incluso vergonzosamente actuales: "la gente se traga lo que sea", “… no podré ir a ver a los Knicks, estaré ocupado hundiendo la cadena”.
Hay momentos de cine maravillosos, como cuando el jefe del estudio baja y ve las instalaciones vacías, como si fuera la última vez que las ve. Realmente no sabes si va a cerrar el estudio o esta orgulloso de él.
Y el humo. Es una de esas películas donde la gente aun fumaba, el humo del cigarrillo del protagonista lo impregna todo, como el miedo.

 En esta historia dicen que los 50 son el principio de la decadencia de la televisión, irónico, teniendo en cuenta que la televisión casi que arranca en los 50. ¿Puede ser alguna cosa decadente antes de comenzar?. Parece que sí.
Realmente, la película es muy inteligente al hacer una radiografía de la TV de hoy en día remontándose al inicio, lo cual hace que nos expliquemos porque estamos donde estamos.
De un lado hay un periodista fiel a sus principios y del otro un jefe de un estudio que persigue sus propios intereses. Este jefe quiere renunciar a la polémica y al periodismo comprometido, a cambio del entretenimiento y los ingresos publicitarios. Qué pavero... y qué actual.
Al fin y al cabo lo que antes eran corrupción y gangsters ahora son financieros y hombres de negocios. Perdón, ha sido un lapsus, ahora sigue siendo corrupción y gangsters. Hoy en día todas las decisiones se toman en aras del dinero de los más ávidos.

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 Pues este periodista -que hoy seria un soñador de utopías- creía que "la TV puede enseñar, puede arrojar luz e inspirar sobre muchas cosas, pero solo lo hará en la medida en que nosotros estemos dispuestos a utilizarla con estos fines, de lo contrario solo es un amasijo de cables".
Posiblemente ya no quede nadie así, yo hasta dudo que haya existido, pero quizá no este demás soñarlo.
Al final de esta película alguien dice: "este hombre lucho contra gigantes". Podía hacerlo.
Porque él también era un gigante.

                     "No decir nunca que no, no es lo mismo que no censurar"

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