27 enero, 2013

L´Enfant



 Vangelis.

 Fragmento de “El año que vivimos peligrosamente”, una historia de amor en víspera revolucionaria. El peor momento para enamorarse. El mejor momento para enamorarse. Embajadas, toques de queda, teletipos, en fin, aventuras periodísticas en un país exótico que vive tiempos convulsos.

 Un enano maestro de marionetas, Sigourney Weaver bajo la lluvia, un corresponsal de poso romántico y una música que eleva la temperatura del asunto son los ingredientes de esta película con uno de esos besos de ataque frontal que empaña el objetivo y encuentra sitio en cualquier antología de la historia del cine que repase este apartado. A veces, los guionistas permiten que los actores dejen de hablar y hagan otras cosas con la boca.

 Peter Weir rueda una película que nació clásica, como venida de otra época, con un pulso narrativo que te agarra del cuello y no te suelta. Maurice Jarre firma la banda sonora, sin embargo, el tema del vídeo fue un añadido del director y pertenece a un disco de Vangelis titulado “Opera Sauvage”.

 Música e imágenes pegan tan bien que uno llega a pensar que fue el tema de Vangelis el que escogió película.

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