14 octubre, 2012

My baby just cares for me



 Nina Simone.

 La semana comenzó con Angela Merkel acercándose a Grecia a lanzar unos cacahuetes. Les dijo a los griegos que estaban sufriendo bastante bien. En plan chiste de Gila. Luego llegó el ministro Wert, nuestro pequeño experto en marear perdices. Nos demostró su maestría en la conjugación de verbos de uso antiguo (concretamente, anterior a 1975 o, ya lanzados, puede que 1492) como "españolizar". Algo así como convertir indios en el nuevo mundo.

 Seguidor de esa película titulada "La cortina de humo", parece que quiere competir en audacia con David Mamet a la hora de fabricar falacias que desvíen la atención de los verdaderos problemas. A  los políticos nunca les interesa que los acontecimientos viajen con orden y sentido (nunca lo han hecho), prefieren que una noticia solape a la anterior y, si es necesario, crearla a conveniencia. Confían en el olvido. Una mentira hoy, otra estupidez mañana y, a lo tonto, ya ha pasado el día. El escaqueo, eso sí es muy "español".

 Mientras gente sesuda ponderaba si el verbo "españolizar" existe, llegó el premio Nobel de literatura y con él la discusión de siempre: que si es desconocido, que si no, que yo ya jugaba con él al dominó entre galeradas. Todo es tan típico y repetitivo como que siempre haya un cocinero chino en un barco pirata.

 La requetebomba fue el anunció del premio Nobel de la paz para la Unión Europea, que de unión anda escasa. También se lo podrían haber dado al burro del tío Jacinto que nunca le hizo mal a nadie. O a una tortuga que tuve de pequeño que dudaba como Hamlet pero eso ya es otra historia. Lo que me parece francamente alucinatorio es que alguien preste atención a un premio de la paz que tuvo como ganador a Kissinger.

 Una señora dijo en la radio que cualquier día le van a dar el Nobel de literatura a un bolígrafo. Puede que tenga razón, basta ya de ningunear su aportación a la escritura universal. La semana termina a la espera de que un fulano (Félix Baumgartner) se lance al vacío desde 36 Km de altura. Supongo que es un tipo bendecido con el don de la metáfora ya que pretende demostrar que en cinco minutos las cosas pueden caer a la velocidad del sonido.

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