18 agosto, 2010

Alfonso Zubiaga

 Me encantan las películas cuyo tema principal es el paso del tiempo. Robin y Marian, Sin Perdón, El Gatopardo, El último hurra o Sunset Boulevard son historias donde, el tiempo, casi se convierte en algo físico ante nuestros ojos.
El paso del tiempo suele ser el puente que conduce al pasado, a la nostalgia, al recuerdo. Da y quita razones, se acaba convirtiendo en el juez de casi todo y, además, posee una cualidad sutil y traicionera: es muy difícil de atrapar, ya sea en la literatura o en el cine.

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 Con la fotografía sucede algo parecido. Retratar algo tan fugaz y difícil de capturar en imágenes como es el curso del tiempo, hace que el camino a seguir por la mayoría de los fotógrafos sea el de extraer imágenes de la degradación, el declive o la destrucción de cosas que fueron poseedoras de un antiguo esplendor. De cosas que un día fueron y ahora ya no.

 Un ejemplo de esto son las fotografías que Alfonso Zubiaga ha hecho del interior de una casa abandonada en un trabajo que ha denominado “ghost city”. En las fotos vemos las consecuencias o estragos que ha causado el tiempo en una casa presumiblemente llena de vida en otra época. Una casa donde las arenas del tiempo, que diría Borges, van trepando por las paredes, formando un vínculo perfecto con los tabiques desconchados y descoloridos. El tiempo muerde poco a poco, pero sin pausa.

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 Al igual que los anillos de los árboles, las capas sucesivas de arena van poniendo fecha al abandono de esa casa vacía pero llena de ecos, abandonada pero habitada, todavía, por los viejos fantasmas que nos obligan a bajar el tono de voz cuando nos aventuramos a entrar en una casa en ruinas o un pueblo deshabitado. Una casa con barandillas que ya no acarician ninguna mano, puertas por las que una vez pasaba gente y ventanas en las que ya nadie se asoma a mirar hacia fuera. Sólo la luz entra.

 Alfonso Zubiaga tiene otros trabajos con fotografías superpuestas en Namibia o Nueva York, pero no llaman tanto mi atención como esa casa gatopardiana que muestra la naturaleza efímera de las cosas. Su escasa vigencia.

 Para aquellos que quieran ver el resto de la serie de fotografías, dejo el enlace aquí: http://www.zubiaga.com/arte

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