Tommy Flanagan toca el piano y Coleman Hawkins sopla el saxo transformando el aire en otra cosa.
Tema melancólico de la película ‘Apache’, una de aquellas historias del cine clásico en las que se devolvía la dignidad a los indios. Por lo visto, nadie se había percatado de que los indios tenían alma hasta que llegó Hollywood en los años 50 y subsanó ese pequeño error de apreciación. Algo tarde, no hay duda, pero las noticias siempre llegan con retraso cuando los indios cortan el cable del telégrafo.
A partir de ese momento comenzaron a proliferar este tipo de películas en las que el indio no era un mero salvaje. Incluso adoptaban su punto de vista. ‘El gran combate’, ‘Flecha rota’ o ‘La venganza de Ulzana’, para mí la mejor, son ejemplos de esto.
‘Apache’ pertenece a ese género y es la historia de un desahucio. Los indios no están del todo convencidos de abandonar sus tierras y que la ‘dación en pago’ sea una ‘reserva’. Para colmo, uno de ellos no es nada manso. El ejército americano pasa toda la película intentando atrapar a ese apache. Al final, lo acorralan en un maizal, lo tienen rodeado, aunque uno no tiene muy claro si no será el indio quién los tiene rodeados a ellos. A veces ocurre eso cuando el indio revirado es Burt Lancaster.
No hay comentarios:
Publicar un comentario