03 marzo, 2013

Mack the Knife



 Louis Armstrong.

 Esta semana, gracias a la serie “Treme”, he estado viajando a Nueva Orleans desde mi sofá. En los títulos de crédito finales de uno de los episodios aparece este tema versionado por Armstrong, ese señor de sonrisa aumentativa, soplador de cornetas o trompetas y capaz de rascar alegría en todos los temas.

 “Es curioso que en tiempos de guerra, la música sea una de las poquísimas cosas que parecen indestructibles”. Esta frase de John Berger parece el vehículo elegido por David Simon para explicar el abandono a su suerte de una ciudad que pretende resucitar de entre los escombros.

 “Treme” es la historia de una traición, la del gobierno americano después de la desgracia del “Katrina”. Las promesas de reconstrucción pasan a un estado gaseoso y los habitantes, resistentes en realidad, se percatan muy pronto de que están solos. También es una historia sobre las raíces, la tradición, el sentido de pertenencia y, ante todo, la música. Aquí la música no acompaña a las personas, es la gente la que acompaña a la música. La banda sonora de su ciudad es supervivencia.

 En tiempos de tanto desprecio hacia la cultura, esta serie plantea la música como elemento unificador. A nadie le parece que una ciudad devastada sea motivo suficiente para no celebrar el Mardi Gras.

 Pelear las cosas que carecen de épica, ahí reside lo heroico. “Treme” se concentra en un tema único, que a su vez los engloba todos: el hecho de salir adelante.

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