Un recurso muy viejo para fabricar historias consiste en utilizar un objeto como hilo conductor que atraviese, conecte y ate los nudos de la narración. Un anillo de Frodo. Aquí, un diamante que va pasando de mano en mano sirve de excusa para conocer los bajos fondos de Londres. Un mundo de ladrones, apostadores ilegales, matones a sueldo que escuchan a Madonna y genios del boxeo clandestino. Tipos como Franky "Cuatro Dedos", Doug "el Cerebro" o Tony "Dientes de Bala" protagonizan las situaciones más descabelladas. Son personajes de Tarantino pero sin la verborrea de Tarantino, es decir, mejores. Para que todos estos gánsteres chapuceros hagan gracia, siempre es necesario un personaje pragmático que actúe como contrapunto. Ese personaje es "el Turco", un estoico en medio de este hampa de taladrados que cuida de Tommy, el habitual colega desastroso que le complica la vida al amigo sensato. Ambos son timadores de tres al cuarto y, debido a uno de esos amaños que solo conducen hasta el siguiente amaño, han contraído una deuda con "el Ladrillo", un jefe mafioso de cara abesugada que se deshace de sus víctimas dándoselas de comer a sus cerdos.
Guy Ritchie es el director de esta gamberrada inteligente, una historia de cerdos y diamantes en la que "el Turco" y Tommy intentan evitar una muerte porcina al ritmo de una banda sonora repleta de canciones de éxito. Cine británico de gánsteres con una forma de narrar publicitaria, por momentos enloquecida y con un fulminante humor negro. A pesar de parecerse en tono y violencia a "Uno de los nuestros", no participa de los derechos de autor geográficos —sobre todo italianos— tan típicos del cine mafioso. Despojado de los códigos habituales de este género, el guión cambia los rituales de iniciación, el culto a la familia, el secretismo y la liturgia de los Corleone por una aproximación a la comedia sin demasiadas pretensiones. "Snatch" posee la ligereza de una travesura. Uno tiene la sensación de que la película es un Rat Pack de mafiosos empecinados en matarse entre ellos que han cambiado Las Vegas por Londres.
(Publicado en La Voz de Galicia)
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