05 febrero, 2012

Duke Ellington- Opening Theme



 Tomando como excusa la muerte del actor Ben Gazzara hace un par de días, voy a aprovechar para hablar de una película en la que él participo y que, a mi entender, es maravillosa. "Anatomía de un asesinato" es una película de jugar en equipo, donde todos y cada uno de los ingredientes que la componen son estupendos a nivel individual, viéndolos en conjunto, forman el cemento de una de las tres o cuatro mejores películas de juicios de la historia del cine para el que esto escribe.

 Veamos los eslabones que forman la cadena de esta historia uno a uno. Otto Preminger, el director de la película, no tiene el prestigio ni el nombre de otros. Si uno repasa su filmografía, comprueba que tiene el mismo número de obras maestras que esos "otros". Un tipo a reivindicar.
Un grupo de actores perfecto, con James Stewart a la cabeza, interpretando a un abogado de provincias, cínico, divertido, zorro, un virtuoso de la triquiñuela mucho más interesado en ir de pesca que en ejercer su oficio. Uno de esos tipos a los que las redes de arrastre de su vida les han ido quemando las huellas dactilares, que están agazapados y que cuando la vida les pone a prueba son capaces de dar la talla, que son verdaderamente buenos en lo suyo pero escasos de tragadera, por lo tanto, en la vida, eligen el acomodo discreto y el desencanto.

 Una fotografía con un blanco y negro portentoso acompaña la banda sonora de Duke Ellington. En los años 50, las bandas sonoras del cine clásico norteamericano estaban sobradas de fanfarria y orquestación por lo que la música de jazz de esta película debió de causar el mismo asombro que ver a Rajoy contestando a una pregunta. Duke Ellington incluso interpreta una escena, tocando el piano con James Stewart. El tema dominguero de hoy es la música que acompaña la pieza maestra que son los títulos de crédito de inicio de Saul Bass, un señor de un talento extraordinario.

 Posiblemente es uno de los artistas más influyentes (y menos valorado, exceptuando su gremio) del siglo XX. Sus diseños para "Psicosis", "Vértigo", "Con la muerte en los talones", "El rapto de Bunny Lake" y muchas otras películas puede decirse que han hecho historia. El invento de los títulos de crédito como pieza de diseño en la apertura de las películas casi le pertenece, convirtió el titular en un arte. Todas la empresas que hoy se dedican a fabricar las cabeceras de las series (algunas extraordinarias como "True Blood" o "A dos metros bajo tierra"), aunque plásticamente sean diferentes, de alguna forma son continuadores de un género al que Saul Bass dio carta de ciudadanía.

 Hoy dejo de postre un vídeo con muchas de las imágenes creadas por él, algunas, como "La edad de la inocencia" o "El cabo del miedo", de un minimalismo exquisito.

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