28 abril, 2015

Retorno al pasado

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 Mayo de 1925. Una nevada obliga a suspender la corrida de toros de la feria de San Isidro y Hemingway se encierra en su pensión de Madrid. Escribe tres relatos. Uno de ellos, ‘Los asesinos’, narra la historia de dos pistoleros que se presentan en una pequeña localidad rural y preguntan por el Sueco. Algo debió de hacer en el pasado. Vienen a matarlo. En 1946, Robert Siodmak rueda ‘Forajidos’ utilizando el material de Hemingway para el inicio de su película. Burt Lancaster interpreta al Sueco, ese nihilista cansado de serlo que se deja matar por aburrimiento y porque ha perdido a Ava Gardner, motivo mucho más decisivo que el nihilismo, claro. Un año después, Jacques Tourneur dirige ‘Retorno al pasado’ y ya imaginan cómo arranca el asunto: alguien llega a un pueblo perdido en busca de un tipo. Jeff Bailey (Robert Mitchum) regenta una gasolinera en medio de ninguna parte, donde procura extraviar el pasado, al tiempo que airea sus recuerdos. No se hace ilusiones. Sabe que tarde o temprano tiene que suceder lo inevitable: rendir cuentas.

 Así comienza un flashback en el que el protagonista cuenta su historia. Un mafioso contrata los servicios de un detective (Mitchum) con la intención de encontrar a su amante y solventar la menudencia que los ha separado: la chica le ha pegado cuatro tiros y, de propina, ha distraído 40.000 dólares. Mitchum le sigue la pista hasta Acapulco y aguarda con paciencia en el bar de la plaza. Ya aparecerá, piensa. Está en lo cierto, la entrada de Kathie Moffat (Jane Greer) en la película es una aparición. La calle rebosante de luz, el interior oscuro; ella entra, a contraluz, con un vestido blanco y una pamela. Ni siquiera necesitamos ver el rostro del detective para saber que su destino está sellado. Ninguna gabardina del cine negro te puede proteger de Kathie Moffat y su afición a regalar callejones sin salida.

 Tras el flashback, comienza otra película que apura todos los vericuetos del género. Traición, fatalismo, crimen, diálogos de picahielo y una ambigüedad más retorcida que un sacacorchos. ‘Retorno al pasado’ es, probablemente, uno de los mejores títulos de la historia del cine negro, pero lo de Acapulco… es otra cosa. Esa breve evocación posee el misterio y la fascinación de ‘Vértigo’.


                                                                                (Publicado en La Voz de Galicia)

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