Henry Mancini.
La canción del domingo ha pegado un brinco y ha caído en lunes. Pertenece a la banda sonora de "Dos en la carretera" una historia de jersey rojo y viajes en el tiempo. Con algunos vestuarios sofisticados y otros que solo la belleza indestructible de Audrey Hepburn podría soportar, la película enciende la máquina de rayos X y le hace placas al tiempo de un matrimonio. Pasado, presente y futuro van pasando ante nosotros por turnos, haciendo una comparación dolorosa entre lo que fue y ya no es.
"Dos en la carretera" es una magdalena de Proust. De forma paralela a la película, el espectador hace de manera inconsciente una revisión de su pasado. Todo el mundo acaba reconociéndose en unos personajes que al principio eran capaces de disfrutar con una manzana y al final son incapaces de ilusionarse con un Porsche. Una vez Picasso pintó un retrato de Gertrude Stein. Cuando terminó su trabajo, ella le dijo: "Ese cuadro no se parece a mí". Picasso respondió: "No se preocupe, ya se parecerá usted al cuadro".
Audrey Hepburn y Albert Finney son cualquiera. "¿Qué clase de personas se sientan en un restaurante y no se dicen nada?" pregunta ella. "Los matrimonios" responde él. Película sobre el desgaste del tiempo pero también sobre la plenitud, la alegría y la amargura de su transcurrir.
Uno hace promesas y luego está el tiempo.
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