Tom Jones homenajeando a uno de los dos Leonardos.
Por lo visto en el vídeo de arriba no sólo puede salir a desbrozar un escenario, también puede cantar sentado en una silla.
Al escuchar su último disco –versiones de canciones con una boca anterior- recordé una noticia que ha salido esta semana en la prensa. Al parecer, el escritor John Banville proyecta publicar una novela protagonizada por Philip Marlowe el detective creado por Raymond Chandler. Por supuesto, cuenta con el beneplácito de los herederos, ya sabéis, esas entidades biológicas bienintencionadas que se comportan como terratenientes con la herencia del abuelo y que sacuden las orejillas con algarabía.
La misma noticia también dice que P. D. James ha publicado con éxito una continuación de Orgullo y Prejuicio en la que los personajes investigan un asesinato de campiña inglesa. Estoy pensando en proponer a una editorial una secuela de Romeo y Julieta en la que los dos enamorados son vampiros. Se me olvidaba, ya lo han hecho en esa saga asnal denominada Crepúsculo.
Bien. Entonces les propongo una novela en la que Alonso Quijano vuelve de su retiro y emprende una nueva lucha desigual contra zombis, molinos y entidades bancarias. Aparece en nuestra época debido a los poderes mágicos de Sancho, que tiene gafas, una misteriosa cicatriz en la frente y se comporta como un hacker psicótico. Puedo tenerla lista en tres días.
Señores editores de libros, sabemos que la cosa está mal. Pero.
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