Norah Jones. Versión anunciada hace un par de semanas. Normalmente no cumplo mis promesas, sólo es por llevarle la contraria a Rajoy, lo cual no tiene mérito alguno cuando él se lleva la contraria a sí mismo con "meridiana transparencia".
Mientras una gran parte de la gente aguarda con una considerable dosis de sangre fría el final de las Olimpiadas, sobre todo por si comienza de nuevo la Eurocopa, esta semana hemos asistido a otro episodio de la demolición de RTVE. Muchos se quejan del desmantelamiento y el despiece del ente público (lo denominan "purga", para darle un acertado tono totalitario) pero no hemos de engañarnos, lo que había "antes" tampoco era tan bueno.
Claro que, cualquier televisión dirigida por un chimpancé con una pistola, es mejor que lo que se nos viene encima: un medio de comunicación al servicio del poder dirigido por un puñado de lombrices intelectuales que vienen convencidas de casa, adiestradas para desarrollar su magna labor de fabricar detritus. Ahora comienza el reparto de estiércol a domicilio. Harán ese tipo de periodismo que consiste en controlar la mansedumbre de la gente.
La palabra obediencia será la clave.
También murió Gore Vidal. Todos coinciden en que este señor, más que gran novelista, tenía como oficio el ser un revoltoso profesional. Cuentan que siempre tenía una guindilla en la punta de la lengua. Es maravillosa esa anécdota de una entrevista que le hicieron en su mansión de Italia. Cuando el fotógrafo se arrodilla para retratarle en contrapicado, él le dice con mala cara que se levante mientras escupe: "Te descuidas y todos quieren hacer Ciudadano Kane".
Que un tipo como este se muera, no puede ser buena noticia.
Ahora recordé aquel reportaje de Talese sobre los redactores de necrológicas del Times. Lástima que todos hayan publicado ya su propia muerte. ¿Quién sacará de la nevera a Gore Vidal?
ResponderEliminarBoo Radley
¿Y a cuanto irá el cuarto y mitad de necrológica?
ResponderEliminarFalta por escribir el relato del redactor tan orgulloso de su necrológica pre-escrita que mata al homenajeado para que vea la luz.