The Gipsy Kings.
Cómo los hermanos Coen han llegado a escuchar a los Gipsy Kings es un misterio para mí. Sólo me dejarían más estupefacto si hiciesen una película sobre la muerte de Paquirri. Sin embargo, la canción resulta perfecta en esa escena inolvidable donde, sin una sola frase, únicamente con una cámara y un traje de lycra lila, crean un personaje mítico como Jesús Quintana.
El fragmento de vídeo que hay más arriba pertenece a la película "El gran Lebowski", sin duda, una de las mejores historias rodadas por los Coen. Una historia cuyo intríngulis es... no tenerlo. Casi ni existe un argumento, nos limitamos a seguir el curso de los acontecimientos que le caen encima a un fulano llamado Jeff Lebowski, al que todos llaman "El Nota".
Le acompañan en su aventura dos escuderos: Walter, un chalado de Vietnam de mirada alucinada, con gafas de cristales naranja, y Donny, un pusilánime al que nunca dejan meter baza, un tipo que en una guerra sólo podría ser prisionero. "El Nota", por su parte, es un vago, sabe que aquellos que inventaron eso de que el trabajo ennoblece son aquellos que no hacen nada y para los que otros trabajan. Es una especie de gamberro sin querer, con su bata y sus bermudas. Ni está a la moda ni fuera de ella, tiene su propio universo estilístico. Es un tipo peculiar, si la vida le da limones, el tío hace limonada.
"El Nota" nunca ganaría el quesito amarillo del trivial, no es un coloso intelectual pero a la larga, roba toda nuestra complicidad y, en un mundo lleno de sabios que no saben, se nos aparece como alguien lúcido. "El Nota" sabe que nada ocurre como está previsto, es lo único que nos enseña el futuro al convertirse en pasado. Con su don para la vagancia creativa, se adapta a todos los problemas que surgen, y lo hace con argumentos eficaces: pasando de todo.
Dicen que el humor es poco profundo, que goza de poco prestigio. Que se lo digan a los millones de seguidores de esta película maravillosa, que han convertido esta historia en una película de culto en el cine comercial y en una película comercial en los suburbios del cine de culto.
Cuentan que un día, mientras paseaba por Montevideo, Mario Benedetti encontró una pintada en una pared que se ha convertido en una frase de enorme éxito popular: "Cuando teníamos las respuestas, de pronto, nos cambiaron todas las preguntas". Jeff Lebowski es un personaje moderno, le da igual que le cambien las preguntas ya que no tiene respuestas para nada. Podría dedicarse a la política, pero prefiere jugar a los bolos.
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