A la derecha, en el apartado que pone categorías, he añadido una nueva pestañita llamada "Canciones Domingueras". Si las lesiones me respetan, como diría un futbolista, y dependiendo del tiempo, el trabajo y demás desórdenes acuciantes de la vida cotidiana, intentaré publicar un post todos los domingos con una canción escogida bajo mi criterio (casi inexistente). Será música que no irá acompañada de mi habitual verborrea o de mi incontinencia gramatical. Prometo no maltratar a las palabras como suelo hacer habitualmente.
Como ya es habitual en este blog, no habrá nada trascendental, no pondré canciones rompedoras de listas (más bien burras) al estilo David Guetta pero tampoco música trascendente (nadie se acercará a Dios, ese maestro del silencio) que hable de la densidad del no ser ni explicaciones ontológicas tipo taxista. Será música sin pretensiones ni explicaciones, algo muy parecido a un vagabundeo caprichoso y aleatorio donde las canciones, posiblemente, se amontonarán sin orden ni conciencia como los objetos olvidados de un desván.
Esta semana me parece adecuada, por razones obvias, una corta visita a Amy Whinehouse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario