Billie Holiday & Lester Young.
Parece mentira. Cada semana suele tener un domingo y Billie Holiday aún no había pasado por aquí. Con los primeros acordes de esta canción, parece que te introduces en una película de Woody Allen. Este director fue el primero en saber que la música de Benny Goodman, Django Reinhardt, Billie Holiday y tantos otros, casaba perfectamente con la vida real.
Obama ha declarado varias veces que él no sería el primer presidente negro de Estados Unidos si antes no hubiese aparecido una señora llamada Rosa Parks. Esa señora que se negó a ceder su asiento a un blanco y moverse a la parte de atrás del autobús. Obama ha debido olvidar que Rosa Parks jugaba una partida a tres manos con otras dos personas. Una de ellas era Muhammad Alí, un fulano que se negó a ir a la guerra de Vietnam -al parecer, allí nadie le había hecho nada- y al que desposeyeron de su título mundial de boxeo, impidiéndole boxear durante cuatro años. No perdió un ápice de su chulería y su gusto por la provocación. Él siguió con su arrogancia, ya legendaria, y su lema de "flota como una mariposa, pica como una abeja".
Mucho antes de todo esto, Billie Holiday interpretó una canción que incendió toda Norteamérica. Se titulaba "Strange Fruit". El "extraño fruto" eran los negros colgados de los árboles después de los linchamientos, frecuentes en aquella época.
Es el tercer vértice de ese curioso triángulo. Ninguno de estos tres personajes era político. Tampoco banquero.
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